En Internet la publicidad es mucho más molesta que en el resto de medios. Vídeos que se cargan y saltan cuando menos lo esperas, sonido imposibles de silenciar, coches que has ganado y nunca te entregan…
El usuario ya está harto de todo esto, y además las marcas se empeñan en seguir adelante con más y más publicidad que no hace más que molestar. Es el momento en el que usuario, ya cansado, instala un plugin en su navegador y elimina toda publicidad, al igual que en los hoteles se cuelga el cartel de “no molestar”.
Esto ha provocado que hay que evolucionar en el uso de las herramientas que utilizamos para conseguir nuestro objetivo. Y ahí es donde el branded content ocupa el lugar que le corresponde.
Creando contenido en el que la marca participa, y aunque nos quiera vender su producto o que contratemos su servicio, no es directo y brusco como la publicidad en su concepción tradicional.
El branded content es el contenido que el usuario está dispuesto a ver una y otra vez, por ejemplo, las gymkhanas de Ken Block, sólo la última tiene más de 33 millones de visualizaciones, o The Athlete Machine de Red Bull, con casi 4 millones de visualizaciones en apenas 4 días.
Es cierto que estas son superproducciones, pero no son necesarios tantos medios para conseguir el objetivo de seducir al usuario. Lo que realmente va a cautivarle es la idea que está detrás, el concepto. Una vez definido, hay que adaptarse a los medios disponibles, que obviamente, a más medios, mejor será el resultado en teoría.
Es por esto que a la hora de plantear cómo queremos llegar al usuario hay que sopesar si queremos encontrarnos con el cartel de no molestar o buscar un camino alternativo mucho más efectivo con el que conseguiremos además el tan preciado engagement.
One Reply to “No me molestes. ¡Entretenme!”