Hace no muchos años que la comunicación online era todavía unidireccional. La única forma de interacción entre el navegante, como se llamaba entonces y la organización era un correo electrónico. Y muchas veces ni siquiera eso. Simplemente se subía al servidor un tablón de anuncios o un catálogo.
Por suerte, o por desgracia, esto ha cambiado y hoy podemos interactuar con empresas, organizaciones, fundaciones… a través de varios canales y desde cualquier lugar que tengamos una conexión a Internet, algo que también ha cambiado radicalmente.
Pero todavía existen organizaciones ancladas en aquellos tiempos. Están presentes en las redes sociales, publican, pero no pasan de ahí.
No aprovechan para interactuar con sus clientes actuales y potenciales. No son conscientes de la cantidad de información que aquéllos están ofreciendo gratuitamente. Una información útil, pues lo que se comenta es voluntario, los fallos o aciertos son declarados de primera mano, y las posibles soluciones y mejoras son también propuestas por ellos. ¿Por qué perder estas oportunidades?
Quizás el miedo a las críticas hace que las fanpages de Facebook tengan los comentarios deshabilitados, que los tuits estén protegidos… ¿pero qué pasa con los beneficios que se pueden obtener?
Es cierto que estas organizaciones están abocadas a quedarse atrás en la carrera social, pues el engagement se produce cuando hay una relación de tú a tú, cuando se estrechan los lazos y se consigue la implicación. Pero si se anulan los medios por los que esa implicación llega a ser realidad, se está acabando con el sentido de la presencia social.
¿Por qué crees sucede esto?
Las empresas no interactuan con sus clientes porque su modelo de relacionamiento con ellos se hace a través de las fuerzas de ventas y ellas no están preparadas ni motivadas para hacerlo. Además aun persiste la idea de la atención telefónica por outsourcing cuya responsabilidad no es esa.
Efectivamente, éste es uno de los puntos, relacionarse únicamente a través del equipo comercial para vender, que es de lo que vive la empresa, es indudable, pero está dejando de lado los beneficios y posibilidades de expandir la forma de interactuar con sus clientes, instituciones, competidores…